Empresas, la dirección de la transformación
Fernanda Hurtado Gerente General Fundación Generación Empresarial
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Fernanda Hurtado
Los veranos suelen ser menos noticiosos en el ámbito corporativo en Chile. En contraste, es la época más movida en la discusión global sobre el sentido de la empresa y cómo va cambiando su rol.
Los fuegos los inició el 15 de diciembre David Solomon, CEO de Goldman Sachs, quien en una columna de opinión en el Financial Times puso el énfasis en el cambio climático como prioridad corporativa: “No sólo hay una urgente necesidad de actuar, sino un potente caso de negocios y de inversión en hacerlo”, señaló, recalcando que la preocupación corporativa de enfocarse sólo en el impacto que la propia empresa tiene en el medio ambiente ya no es suficiente, siendo necesaria una visión más amplia. Además, comprometió 750 mil millones de dólares en la próxima década para financiamiento en áreas de transición climática y de crecimiento inclusivo, junto con comprometer la restricción al financiamiento en producción de petróleo y en empresas ligadas a la industria del carbón.
Luego, en su tradicional carta anual a los CEO norteamericanos en enero, el presidente de BlackRock, Larry Fink, señaló que la comprensión sobre la sostenibilidad y su accountability debe extenderse más allá de asuntos relacionados con el cambio climático, abarcando también materias como la relación de las empresas con sus stakeholders, la diversidad de su fuerza de trabajo, la sostenibilidad de su cadena de suministros y qué tan bien se preocupan y protegen los datos de sus clientes, señalando que los directores de las empresas que no estén abordando seriamente estos temas debieran ser hechos responsables por sus accionistas, y que Blackrock ya lo había hecho con sus votos sobre 4.800 directores en 2.700 compañías diferentes, anunciando que su acción en esta dirección aumentaría en el tiempo.
Finalmente, tuvimos el tradicional World Economic Forum, donde las preocupaciones centrales fueron el calentamiento global y el sentimiento anticapitalista en torno al alza del populismo. Dejando atrás la concepción de que el único objetivo de las corporaciones debe ser el beneficio de los accionistas, el foro amplió la mirada y todas las propuestas hacia adelante giraron en torno a una reforma mayor que busca incorporar a más stakeholders en la centralidad de los negocios y en los beneficios de las empresas. Esta definición es similar a la expuesta por Larry Fink en su carta del año anterior.
El entorno de la empresa y lo que se espera de ella cambia. Por eso debe ser capaz de transformarse también. Vaya que lo sabemos en Chile, donde el entorno impredecible y la incertidumbre avanzan en paralelo a nuevas demandas sobre el rol del mundo corporativo. Pero es importante que, incluso cuando el objetivo de la empresa tenga que ampliarse en el tiempo, no cambie su corazón: un grupo humano que avanza, transforma y crea en base a propósitos compartidos y una cultura común.
Y, aunque estemos aún en verano, no perdamos la oportunidad de estar atentos a la dirección que toman estas transformaciones. Porque Chile, incluso después del 18 de octubre, parece seguir un patrón similar –con todas sus particularidades- de desafíos que son globales y compartidos.